lunes, 15 de agosto de 2016

V838 Monocerotis, la estrella enigmática

Esta estrella variable localizada a 20 000 años luz de distancia de nosotros en la constelación del Unicornio, sufrió una espectacular explosión el 6 de enero de 2002. Hasta ese momento había pasado desapercibida debido a su escaso brillo (su magnitud está en 15'6, bastante difícil de ver aún con telescopios), pero en el momento de la explosión llegó a ser 600 000 veces más brillante que nuestro Sol, convirtiéndose durante unas semanas en una de las estrellas más luminosas de la Vía Láctea. Se ha estimado que su tamaño creció en unos pocos meses hasta más de 1500 radios solares ¡casi la órbita de Júpiter!. La curva de luz medida por los astrónomos apuntaba a una explosión de nova, más adelante veremos qué es.

V838 Monocerotis, fotografiada por el telescopio espacial Hubble en 2002

Una vez pasado ese pico de luz de varias semanas, su brillo disminuyó rápidamente, como suele ser habitual en una nova. Sin embargo, en marzo del mismo año el brillo volvió a subir de nuevo de manera importante, esta vez en la longitud de onda del infrarrojo. Tras una nueva bajada de brillo volvió a subir en abril, un hecho tan inusual que no se había observado anteriormente.

Una de las características más significativas de esta estrella es el efecto conocido como 'Eco de Luz', que más o menos viene a ser que a medida que la luz va avanzando, ilumina diversas capas de polvo y gas concéntricas que esta estrella ha expulsado en el pasado. El resultado se puede apreciar perfectamente en la siguiente secuencia de imágenes tomadas por el telescopio espacial Hubble entre los años 2002 y 2004.

Evolución de la V838 entre 2002 y 2004, vista por el telescopio espacial Hubble

No obstante, aún hay algo de controversia al respecto. Algún estudio apunta a que esas capas de gas y polvo provienen del medio interestelar circundante y por tanto no están asociadas a la estrella V838.

Anatomía de un Eco de Luz. La luz de la explosión inicial nos alcanza primero (1). La luz que va iluminando el gas y polvo de su entorno nos va llegando progresivamente (del 2 al 6), creando la falsa ilusión de que la tasa de expansión del objeto supera a la velocidad de la luz. Fuente: STScI