domingo, 7 de febrero de 2010

La vida de las estrellas (I). El nacimiento

Desde el comienzo del universo, hace unos 13 700 millones de años, se estima que han nacido más de 9000 trillones de estrellas... la cifra es realmente apabullante, tan, tan enormemente grande que es imposible concebir un número tan colosal, 9 000 000 000 000 000 000 000 de estrellas...

Mirando desde nuestra perspectiva, sobre nuestra minúscula mota de roca y metal que orbita a una estrella insignificante en los arrabales de una más de las millones de galaxias que pueblan el Universo, las estrellas parecen que siempre han estado ahí, eternas...

Nada más lejos de la realidad, esos puntos de luz que decoran el cielo nocturno, al igual que los seres vivos, nacen, se desarrollan, viven y... con el tiempo... mueren. El tipo de vida y de muerte de las estrellas viene determinado por su masa inicial.

Pero vayamos por partes, veamos primero qué es una estrella... Según los astrónomos, una estrella es una esfera de plasma muy caliente donde las fuerzas de gravedad y las de expansión permanecen en equilibrio más o menos estable. Este equilibrio es una lucha en la que las fuerzas de expansión producidas por la fusión termonuclear que ocurre en el interior de la estrella tratan de evitar que la estrella se colapse por su propio peso.

Esquema simple de una estrella, donde las fuerzas de presión (expansiva) y gravedad están en equilibrio

Las estrellas nacen como consecuencia del colapso gravitatorio de nubes de gas y polvo que se encuentran en las galaxias. Al explotar una supernova en las cercanías de una de estas nubes (con decenas de años-luz de diámetro) se produce una onda de choque que hace que empiece a 'condensarse' la materia en algunos puntos, y el tiempo y la gravedad van haciendo el resto.


Poco a poco, la gravedad va haciendo que la materia se vaya concentrando en el centro de la nube molecular, aumentando la presión y temperatura en el proceso. Cuando la temperatura alcanza los 10 millones de grados, se producen espontáneamente las reacciones termonucleares que convierten el Hidrógeno en Helio, liberando grandes cantidades de energía en el proceso y haciendo que la estrella empiece a brillar.

Nebulosa del Cono. En su interior están naciendo estrellas

Otra zona de nacimiento de estrellas, en este caso vemos un detalle de la Nebulosa del Águila

Ya hablamos el otro día de NGC3603, la guardería esletar

Las Pléyades, a 400 años-luz de distancia de nosotros en la constelación de Taurus, son un buen ejemplo de estrellas recién nacidas (tienen unos pocos millones de años de edad), de hecho, aún no han terminado de desprenderse de la envoltura de gas y polvo desde la que se crearon. Con el tiempo, esta envoltura desaparece por la acción del viento estelar.


Las Pléyades, fotografiadas desde el Telescopio Anglo-Australiano

Próximamente seguiremos viendo cómo viven las estrellas, y cómo van generando los diferentes elementos químicos (de los que estamos compuestos)

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